El octavo hijo de un octavo hijo es mago, generalmente. Y los magos no pueden tener hijos, generalmente.
La magia es un asunto muy, muy delicado que exige un celibato riguroso (aunque no impide fumar). O al menos eso es lo que se les suele decir a los magos jóvenes. Pero en realidad no hay nada de eso. Lo que ocurre es que si los magos pudieran entregarse a los placeres de la carne, nada podría impedir que acabaran convertidos en progenitores. Vamos, que podrían tener hijos. Y si se dedicaran a ello con el mismo entusiasmo que sus padres y abuelos, podrían llegar a tener ocho hijos. Y el octavo hijo de un octavo hijo de un octavo hijo sería dos veces mago. Un hechicero al cuadrado: Un Rechicero.
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